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viernes, 2 de marzo de 2018

MARCA 03.18.01

++++ Decreto del Emperador. Nave Negra Inquisitorial
++++ Órbita baja de Ispaal-i1
++++ Marca 03.18.01


La puerta de la celda se abre con un ligero siseo del sistema hidráulico, y resuenan los pesados pasos de una servoarmadura contra el suelo metálico de la cubierta.

Valórum no necesita darse la vuelta para saber que Escudofirme, el Señor Lobo de la Compañía Morkai, acaba de atender a su llamada... el olor de la pieles que adornan su armadura, y el tintineo de los ridículos amuletos, lo delatan.

Sin darse aún la vuelta, esboza una leve sonrisa. El fracaso del Señor Lobo ya es conocido por todo el sistema, a pesar de su altanería, de sus grandilocuentes palabras, de sus juramentos y gruñidos, ha sido de nuevo derrotado por los pieles verdes en la superficie de Ispaal-i1.

Deleitándose con el momento y con exagerada teatralidad, el Alto Inquisidor del Ordo Xenos se da la vuelta, mientras va borrando la sonrisa de su rostro.

- Escudofirme, tienes un aspecto lamentable. Dice Valórum con voz agria y una alta dósis de desdén.

El Señor Lobo tiene el pelo húmedo pegado en la frente, restos de sangre salpica su armadura... es roja, sabe que es de algún Lobo Espacial. La armadura llena de arañazos, puede ver la marca de un brutal golpe de rebanadora en la hombrera derecha. Escudofirme no dice nada.

- Has vuelto a fracasar, Escudofirme, el hecho de que estés vivo denota que no tuviste el valor necesario para morir combatiendo. La Humanidad está en peligro y necesitamos campeones, tu Manada necesita campeones, no cobardes.

Escudofirme abre la boca, va a decir algo, quizás un gruñido, una queja, una amenaza, una disculpa, Valórum nunca lo sabrá, lo único que sale por su boca es la afilada hoja de un estoque que congela las palabras en la garganta y que roba la vida del Astarte.

- Es la última vez que fracasas Escudofirme, dice Valórum con los brazos cruzados formando el símbolo del águila. Sabe que ya no lo puede escuchar, sabe que ya no está ahí, que tras los ojos abiertos de par en par por la sorpresa, ya no queda vida.

Con un rápido movimiento desaparece el estoque, pero el astartes aún permanece en pie unos segundos, hasta que cae con estruendo. Tras él aparece una figura femenina enfundada en un vestido de un extraño material, que al instante hace que se mimetice con el entorno, desapareciendo de la vista.

Valórum mira el cadáver del Astartes mientras la sangre se extiende por la superficie de la cubierta. No echará de menos a Escudofirme, nadie en Ispaal llorará su muerte... ni sus compañeros de manada.

¿Cuáles serían las palabras que nunca llegó a pronunciar el Señor Lobo? Ya no importa


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